Thursday, March 09, 2006

Relatos para no oler a muerto..

En fin, diversas rayadas mentales que tengo escritas por ahí.. Espero que os gusten y que sepais disculpar la tardanza..

Posibles escritos de una hoja.
O bien, posibles líneas de relato. Como prefieras. Simplemente te doy bases, la historia la pones tú. El que los personajes (he estado a punto de poner ‘mis’ personajes, pero ¿qué les hace ‘mios’ o ‘tuyos’?) vayan pasando una y otra vez por lo mismo, como fantasmas en una casa encantada o como discos rayados, es responsabilidad suya. Aún así, no son fantasmas, aunque sí lo sean en un sentido literal que me gustaría de la palabra, ‘fantasma’, del griego fenome –mostrarse-, tiene raíces comunes con palabras como ifeno –tejer- y ‘fantasia’ –fantasía, imaginación- ; si quieres una explicación poética, serían las ‘imágenes que teje tu mente’ , ‘a lo que el tejido de tu mente dota de imagen’.
Decía, pues, que no son fantasmas propiamente dichos ya que un fantasma está condenado a repetir una misma historia por lo siglos de los siglos, sin embargo, un personaje no está condenado a repetir esa misma historia una y otra vez, como un Sísifo o un Prometeo, ya que la mente, la imaginación hace que cada vez que te encuentres con ellos sean distintos, como tú eres distinto. Resumamos lo dicho en pocas palabras, te voy a dar unas cuantas líneas con ideas sobre relatos en una página. No importa que no sea mucho espacio, de hecho, casi mejor que sean pocas líneas. Así solo hay tiempo para esbozar la idea y dejar la semilla en la cabeza (o si tienes suerte, en el alma sensitiva si nos guiamos según los clásicos) del lector. Pensándolo mejor, no te voy a dar ideas, tal vez te de solamente una idea. Con un poco de suerte, de nuevo, tal vez te de hasta una historia para que cuentes algún día a alguien, o para que la escribas tu mismo, como estoy haciendo yo ahora. En fin. Para encontrar ideas no hay más que abrir los ojos: tenemos la historia de los viajes que realiza un bonobús, la historia del polvo de los zapatos del vagabundo, la historia de lo que ven nuestros párpados al mirarnos mientras dormimos y disfrutan comiendo palomitas imaginarias palomitas al vigilar nuestro sueño (después de todo, se abren automáticamente para despertarnos de las pesadillas que no podemos soportar, ¿no? Así pues, deben estar viendo lo que soñamos para saber cuando abrirse...), también tenemos la historia de la angustia del termómetro cuando sube. Siempre hay historias. Siempre hay protagonistas. Por ejemplo, los dioses. Ese mito que cuenta que los dioses sólo comen ambrosía y beben nectar... Los dioses comen fe, y beben oraciones. Un dios sin fieles es un dios muerto. Con un poco de suerte, todo será rápido y no se dará cuenta. Si sus fieles van desapareciendo poco a poco, si va cayendo en el olvido, se va difuminando en el mejor de los casos (en el peor va encerrándose en cuerpos o imagenes o fantasmas que pueden alojar el poder de mejor manera, cada vez más pequeños, menos conscientes de su divinidad y de sí mismos). De esta forma, esta es la historia de los dioses, de los antiguos dioses que han quedado reducidos a leyendas, ni siquiera tienen cuerpo ya. Sólo tienen sonido y no siempre. De vez en cuando alguien cuenta una leyenda, y , por un momento, vuelven a vivir, aunque solo por un momento. Casi sería mejor olvidarles definitivamente. Es como tener a alguien condenado a no beber nada, y de vez en cuando, dejarle beber un poquito de agua, para que no llegue a olvidarse de lo que no puede tener y que esa obsesión le destroce, por dentro y por fuera.
Bien pensado, no creo que te de ninguna idea para hacer historias, porque, como ves, sería cruel y despiadado para los dioses y los fantasmas, esos seres provenientes del tejido de nuestra imaginación que sólo viven de nuestra ilusión, de nuestra fe y de nuestro cariño hacia ellos. Darte una idea sería, tan sólo, prolongar su ya larga agonía.

1 Comments:

Anonymous Anonymous said...

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08 August, 2006 05:05  

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